Hacia Cancun - Cambiamos el sistema no el clima!

15 / 8 / 2010

La Asociación Ya Basta participa en la construcción de las movilizaciones globales alrededor de la cumbre COP16 que tendrá lugar en Cancun, México, a finales de noviembre de 2010.

 

Tras lo que todos llaman “el fracaso” de Copenhague, que nos proporcionó la imagen real del contexto de los reales poderes globales, nos parece aún más urgente que la movilización antes y durante la cumbre de Cancun regrese la voz a todos los que están luchando, en este época de crisis global, para que se escuchen las voces y las demandas que no sólo se oponen a un sistema que determina la devastación del entero planeta sino que practican, proponen, construyen alternativas concretas.

Quieren que la cumbre COP16 en Cancun, en uno de los escenarios más devastados por las lógicas de destrucción ambiental de todo México, ratifique la supremacía global de las lógicas de explotación sobre el ambiente y la vida misma. Sin embargo no contaron con quienes se organizan a partir de la defensa de la madre tierra, de los recursos, en la construcción de una práctica capaz de relacionarse con los bienes comunes naturales creando una dimensión social otra e independiente comenzando desde el continente latinoamericano hasta llegar a nuestros territorios.

Tenemos una grande posibilidad, una grande ocasión en frente y queremos recorrerla ofreciendo nuestra contribución, una vez más, comenzando a caminar.

 

Hay una historia grande y antigua como el mundo que queremos vivir, tejer, entrelazar con toda la vida que atraviesa la madre tierra.

Es una historia viva, que re-inicia todos los días a partir del hecho que vivimos un Mundo, soñamos un Mundo, somos un Mundo hecho de miles de millones de vidas que se entrelazan, que escurren, que son vidas todas juntas.

Una historia de ideas y entusiasmos que se encuentran y se multiplican. Una historia que no quiere producir sino generar, no quiere consumir o usufructuar sino gozar, compartir, regresando y re-instituyendo “el común”.

Es una historia que no tiene fin y que no tiene un fin que no sea la vida misma.

Mirando bien, éta es la historia de la Pachamama, la madre tierra, tal y cual la contó el 22 de abril pasado la Conferencia Mundial de los Pueblos por la Justicia Climática y los Derechos de la Madre Tierra y las reuniones de la Mesa 18 en Cochabamba, Bolivia. Miles de mujeres y hombre se encontraron para afirmar que el tiempo de la justicia climática es aquí y ahora.

 

El aumento de la temperatura en dos grados que los poderosos en Copenhague consideraron aceptable determinará muy posiblemente la desaparición de una quinta parte de las especies vivientes y muchas islas, millones de hectáreas de bosques.

Sin embargo, si bien miramos, esto ya es futuro perfecto, es decir: ya está sucediendo, ya sucedió. Las migraciones, por ejemplo, nos hablan de esto: la fuga de regiones devastadas, de la desertificación y de la agricultura intensiva. Los cambios climáticos no son - como quisieran que creyéramos - los delirios de un enloquecido termómetro. Los cambios climáticos no son tampoco dos o tres grados abstractos.

Son al contrario mutaciones de la biosfera, el trastorno de pueblos y de la vida misma. Son la respuesta termodinámica del ecosistema frente a al turbo-depredación acelerada del planeta, la crisis exógena de la acumulación capitalista que se entrelaza con su estructural crisis interna. Un sistema que navegando a vista entre turbulencias ingobernables responde como sabe hacerlo: ampliando aún más la depredación, expandiendo febrilmente la acumulación del común natural de la biosfera y del común artificial de los saberes, de los deseos, de las relaciones, de la vida misma.

 

En la exigencia irrenunciable de la ganancia creciente, la crisis ecológica se nos presenta como un problema matemático de grados de temperatura, ofreciendo soluciones falsas. Sin embargo, el capital enfrenta también otro aspecto de la crisis, el de la energía. Las fuentes primarias - los hidrocarburos cuyo control geopolítico parece también en crisis - están rápidamente terminando, se vuelven enérgicamente cada vez más costosos y su explotación - siendo junto a la agricultura la principal causa del cambio climático - multiplica la crisis ecológica.

Frente a esta situación, la repuesta obligatoria es el cambio de paradigma hacia diferentes fuentes de energía disponibles en el “común natural”: sol, viento, geotermia, biomasas, etc. Si por un lado es necesaria la apropiación y el control de la energía en cuanto elemento originario y necesario para el sistema productivo, por otro lado las mismas formas de acceso y distribución de la energía deben asegurar que su utilizo esté inscrito al interior del mismo paradigma de explotación generalizado.

Por consecuencia, el utilizo de las energías “green”, tan dispersas y difundidas como los hidrocarburos son energéticamente densos y centralizados, determina la necesidad de una reorganización de las levas y de los dispositivos de mando en las relaciones sociales y productivas.

La herencia que nos dejan dos siglos de “desarrollo” es la crisis que nos hace, tanto en Europa como en cualquier otro lado, esclavos de las patadas de ahogado de la gobernanza global.

 

Es tiempo de otra historia. Una historia que no quiere producir sino generar, no quiere consumir sino gozar, compartir, te-instituyendo “el común”. En Cancun, el próximo diciembre, se realizará la COP16. Un momento determinante que los pueblos del mundo y el nuevo movimiento global por la justicia climática del que somos parte deben de atravesar y determinar, imponiendo soluciones posibles y radicales frente a la crisis ecológica, regresando fuerza a esa historia grande y antigua de amor y respeto por la Madre Tierra.

Ir a Cancun significa reconocer de ya estar allá; significa recoger cada historia de conflicto y de construcción del común de la tierra, potenciando cada una de ellas con el ejercicio coral, colectivo, experimentando y practicando.

Cancun es aquí y ahora. Está en la crisis que todos vivimos cada día, en cada río de agua.

Cancun está en las luchas para retomar la tierra, para prohibir el transgénico, hacia la soberanía alimentaria y la pequeña agricultura.

Está en la luchas en contra del envenenamiento de la tierra, en el debate para el debito ecológico, en las luchas para liberar al agua de quienes la quieren privatizar, en la movilizaciones en contra de la energía nuclear.

Cancun está en el afirmar que la crisis no la queremos pagar nosotros, lo que significa también que tenemos que interrogarnos seriamente sobre cómo se trabaja y qué se produce.

 

EL horizonte de Cancun no es sólo contestar la gobernanza global sino que es también la convergencia de las raíces profundas de una nueva lógica global en la que la vida se sustrae al capitalismo, gritando fuerte, con toda la dignidad de la madre tierra: fuera las manos de la vida de todo y de cada uno.

 

 

Julio 2010-07-30

Asociacion Ya basta